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miércoles, 28 de agosto de 2013

Psicoterapia, ¿semblante del Psicoanálisis?



Por: Yanela Tamayo Rojas
Grupo Lacaniano de Psicoanálisis-Santiago de Cuba




“El deseo es contrario a toda homeostasis, al bienestar. ¿Cómo comprender lo que es una Psicoterapia que no conduce al bienestar?”
Jacques Alain Miller

La Psicología, que hoy conocemos como ciencia, portadora de grandes paradigmas y teorías que la complejizan, surgió como práctica aplicada en busca de argumentos y soluciones a los embrollos de la vida psíquica. Aun cuando esta práctica se caracterizó por el empirismo, dio lugar a la conformación de una metodología y teoría de dichas prácticas que conllevó a que la Psicología se convirtiera en una disciplina científica. Es posible decir que la intención tanto de las prácticas pre-científicas como los modos de hacer de los diferentes sistemas tuvo como intención principal terapeutizar al sujeto.

Cada sistema propone una forma distinta de entender el síntoma y trabajar con él, lo que determina que haya una comprensión particular de la Psicoterapia en cada escuela. De todas maneras, la práctica psicológica ofrece unos principios comunes para todas las escuelas que permite que podamos hablar de una psicoterapia en la Psicología, de la que veremos que el Psicoanálisis se distingue de modo radical.

La psicoterapia se basa en comprender la vida psíquica del sujeto y atenuar o solucionar sus malestares, para ello  se recurre a recursos terapéuticos que se ponen en práctica para logar el bienestar del sujeto.

De acuerdo con autores de la Psicología, la psicoterapia se define como: “un conjunto de conocimientos, actitudes, recursos y habilidades terapéuticas empleadas en el marco de una relación profesional de ayuda psicológica, el tratamiento de los trastornos y problemas de la personalidad” (Zaldívar, 2004). La existencia de estos aspectos se verifica también en la práctica analítica, lo que nos lleva a preguntarnos si el psicoanálisis es de hecho, una psicoterapia.        

Tanto en la Psicoterapia como en el Psicoanálisis se recurre al la palabra como principal recurso terapéutico, además de que en ambos se asume la existencia de una realidad psíquica. Lo interesante seria analizar el modo en que se proponen intervenir sobre esta. El Psicoanálisis, se distingue de manera radical de la psicoterapia por la forma de concebir la dirección del tratamiento, en sus inicios, transcurso y final.    

En toda Psicoterapia, el terapeuta se convierte en un otro autorizado por el propio paciente y por el discurso universitario a decir lo que hay que hacer, a clasificar y ofrecer recetas. La psicoterapia se perpetúa a si misma, no permite un escape de eso: “La universidad avala la instalación de un sujeto en determinados significantes amos, por eso el profesional de la salud mental no parece tener apremio en interrogar la razón de ser de lo que hace.” (Gallo, 1997)

La psicoterapia se sitúa en el lugar del Amo, portador de la verdad, del conocimiento, no se plantea la cuestión del goce ni se cuestiona la omnipotencia del Otro a diferencia del Psicoanálisis, donde el analista es sujeto supuesto saber, se cuestiona el goce y la omnipotencia. El analista, en tanto ocupa el lugar del gran Otro, de ese Otro al que el sujeto apela en su sufrimiento se niega a ser el Amo (Miller, s/f).

La psicoterapia inicia con la acogida del paciente por parte del terapeuta, con la promesa de la llegada de un estado de curación, y con la intención de satisfacer la demanda. El analista, en cambio, lo único que sabe de antemano, es que detrás de la demanda se esconde algo, que en el análisis habrá que develar. 

La única orden con la que inicia el análisis es con la de cumplir la regla técnica fundamental, que no es otra que la de asociar libremente, comunicar al analista todo lo que sienta el impulso de decir.

En cuanto al transcurso del tratamiento de la psicoterapia podríamos decir que se basa en eliminar el síntoma, sin embargo el psicoanálisis trabaja precisamente con el síntoma, lo utiliza y lo entiende como un significante. El síntoma, como formación del inconsciente, es un escape a la represión y ofrece material fundamental para el análisis, el que en la psicoterapia es anulado. La psicoterapia viene a eliminar la angustia, que es  una guía para acceder a lo reprimido, se le sustrae al paciente el mecanismo de salvación, su manera de lidiar con su sufrimiento, en lugar de explorarlo.    

En la Psicoterapia el devenir del tratamiento no persigue poner a hablar a quien demanda, ni  identificar al sujeto acogido en el dicho, sino que se centra en el decir, en una comunicación de saberes que a través de la sugestión sustituyen a la interpretación.

El final de una psicoterapia apunta a eso, a la desaparición del síntoma, suponiendo que con él desaparece el malestar del sujeto. El final de análisis  apunta al logro de un saber sobre la determinación psíquica del paciente, sobre su constitución subjetiva y sus modos de arreglárselas con los obstáculos que encuentra, lo que se concibe como atravesamiento del fantasma.

Otros conceptos fundamentales como la transferencia y la ética permiten argumentar mejor la distinción entre psicoterapia y Psicoanálisis. 

La transferencia no es un concepto únicamente analítico, de hecho de acuerdo con Héctor Gallo, todo tratamiento psicoterapéutico comporta inevitablemente una transferencia. La diferencia estriba en reconocerla o no como parte del tratamiento y asumir su uso como recurso técnico. “Quienes no la reconocen como fenómeno inevitable en todo proceso terapéutico, ante lo real de su emergencia, reaccionan desde lo imaginario de sus prejuicios morales y no desde lo simbólico de la palabra, lugar donde deberían resolverse las pasiones que tanto en el terapeuta como en el paciente suscita la transferencia ” (Gallo, 1997). El deseo del analista impide que se pueda hacer uso de la transferencia con fines sugestivos y diferentes del asociar. En Psicoterapia no existe el deseo del terapeuta y sí el lugar de un saber acabado y la promesa de curación total. En la Psicoterapia se “da prioridad a lo vivencial sobre la creación de una ignorancia respecto a la verdad del deseo.”(Gallo, 1997)

La psicoterapia consiste en una terapéutica del superyó, con lo que la acción se basa en querer el bien del otro, a través de mandatos moralistas, en ubicar al sujeto en un estándar de normalidad. En esta situación la transferencia suscitada no se analiza sino que se sanciona o aprovecha como sugestión.    

La relación terapéutica define una clínica de la comprensión. Comprender se basa en ubicarse en el lugar del sujeto y vivenciar la situación desde su lugar, axioma que se contradice desde su propio enunciado, el lugar del sujeto y su subjetivación de la realidad es privativo de él, y tratar de comprenderle es compadecerse de sus malestares y no ayudarle en la búsqueda de la determinación de ellos. “Si en una práctica determinada lo que importa es comprender,  la estrategia terapéutica se desarrollara siguiendo la lógica de un diálogo razonable, donde se da prioridad al afecto sobre la realidad.” (Gallo, 1997)
Por su parte, la ética en el Psicoanálisis se convierte también en un precepto técnico, permite dilucidar la dirección del tratamiento.   

La ética del acto analítico es una ética del deseo, “por fuera del cual toda cura, incluso atiborrada de conocimientos psicoanalíticos, no sería sino Psicoterapia”. La pregunta del sujeto por su deseo es esencial para el inicio de un análisis. En análisis se cuestiona el deseo del sujeto y se desarrolla gracias al deseo del analista, la asociación por parte del paciente.

Para Héctor Gallo “la cura analítica depende de un resultado ético y no de la curación del síntoma”. La curación del síntoma o su transformación en otros síntomas pasa desapercibida por el sujeto. Se trata de dejar al sujeto explorar su síntoma, indagar en qué satisface, qué viene a querer “curar”. Así, el Psicoanálisis introduce una clínica de la individualidad: “El síntoma analístico no es un síntoma universal, es un significante que para el sujeto puede ser su asunto más íntimo o su virtud más cultivada.”  (Gallo, 1997)

Bibliografía

Gallo, H. (1997). Psicoterapia y orientación psicoanalítica. (9).
Miller, J. A. (s/f). Psicoterapia y Psicoanálisis. Registros. Psicoanálisis y Hospital , Tomo azul.
Zaldívar, D. (2004). Psicoterapia General. La Habana: Félix Varela.



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